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Células reprogramadas de la piel logran curar la diabetes tipo 1 en ratones
07/02/2014. Investigadores del Instituto Gladstone (San Francisco, Estados Unidos) han logrado producir una cantidad suficiente de células beta productoras de insulina para su trasplante en pacientes diabéticos a partir de la reprogramación de células de la piel, según informa el diario ABC.
La diabetes tipo 1 se desarrolla porque las células productoras de insulina localizadas en el páncreas son incapaces de cumplir con su proceso, o lo hacen de forma ineficiente. La posibilidad de reprogramar células para obtener aquellas capaces de producir la insulina se perfila como tratamiento había sido imposible hasta el momento por la insuficiente cantidad de células pancreáticas obtenidas. Sin embargo en el nuevo estudio, publicado en Cell Stem Cell, se sorteó este obstáculo retrocediendo un poco más en el ciclo celular: los investigadores obtuvieron primero células de la piel (fibroblastos) de ratones de laboratorio y los cultivaron en laboratorio con una combinación de moléculas y factores de reprogramación para transformarlas en células similares a las del endodermo, un tipo celular en una fase embrionaria inicial y que madura generando los principales órganos, el páncreas incluido. Estas células maduraron y comenzaron a secretar insulina.
Posteriormente, las células se trasplantaron en ratones con hiperglucemia, indicador clave de la diabetes. A la semana del trasplante, los niveles de glucosa de los animales habían descendido a niveles normales, mientras que al eliminar las células trasplantadas se observó un pico inmediato de glucosa. A las ocho semanas, las células implantadas habían fabricado células beta secretoras de insulina plenamente funcionales, además del resto del linaje celular de los islotes pancreáticos.
Para Miguel Ángel Barajas, experto del Laboratorio de Terapia Celular de la Clínica Universitaria de Navarra (CUN), el trabajo es muy interesante porque «en vez de ir a una fase muy embrionaria, retrocede solo un poco en el desarrollo embrionario pero, al mismo tiempo que las células se reprograman, se inicia la diferenciación. Al hacerlo todo a la vez —reprogramar y diferenciarse—, el sistema es más eficiente». Esta es la primera vez que los resultados de estas técnicas se prueban en vivo. El paso siguiente es trasladarlos a la clínica en humanos.