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Nueva vía para regenerar corazones infartados con células madre
30/01/2015. El Hospital Universitario Gregorio Marañón de Madrid ha presentado una nueva vía para reparar corazones lesionados que emplea células madre adultas del corazón en el momento en que aún se puede despertar la respuesta regeneradora deseada, según informa el diario El País.
El tratamiento del infarto es una de las parcelas que ha concentrado más esfuerzos para aprovechar la capacidad regeneradora de las células madre. Sin embargo, desde que en 2001 se ensayó por vez primera, los resultados han sido muy desiguales y siguen estando lejos del uso clínico. La estrategia empleada hasta ahora, que usaba las células madre del propio paciente, obligaba a esperar entre cuatro y ocho semanas para poder procesarlas y tratar al enfermo. Ahora los investigadores han recurrido a células obtenidas de donantes, que pueden ser almacenadas y así disponer de ellas en el momento idóneo, entre los cinco y los diez días después del infarto, para inyectarlas a través de la red vascular, de forma que colonicen la zona afectada, impulsen la producción de nuevo tejido y mejoren la función cardiaca.
Esta nueva estrategia, que ya fue probada en cerdos, ha ofrecido «resultados muy buenos», según afirma Francisco Fernández-Avilés, el jefe de servicio de cardiología del Gregorio Marañón, tras la presentación del ensayo en el que participarán 55 pacientes. En su desarrollo han participado la Universidad Católica de Lovaina y el Hospital Saint Louis de París. Además, colaboran una decena de grupos españoles, tanto de hospitales y como de centros de investigación, entre ellos la empresa española de tecnología Coretherapix, que ha desarrollado el tratamiento. De momento, ya se han tratado siete personas cuya evolución es «muy favorable pese a que presentaban una grave afectación del tejido cardiaco», en palabras de Fernández-Avilés.
La respuesta en la atención al infarto, la primera causa de muerte en hombres, ha evolucionado hasta reducir los fallecimientos del 15% hace 15 años al 5% actual en las áreas de salud con mejor respuesta. Sin embargo, lo más frecuente es que los pacientes desarrollen una insuficiencia cardiaca que les acompañará toda la vida y, en muchas ocasiones, de mal pronóstico, que obligará a reingresos continuos. De ahí la esperanza que generó el tratamiento con células madre para evitar o reducir las lesiones que provoca el infarto de miocardio. Pero la terapia regenerativa no es siempre eficaz. Si se aplica de forma inmediata al episodio cardiaco, la inflamación mata a las células regeneradoras trasfundidas, mientras que si se hace demasiado tarde, la cicatriz ya se ha consolidado. Fernández-Avilés explica que existe una ventana que va del quinto al décimo día posterior al infarto, momento en el que, aunque se hayan destruido las células musculares, aún se preserva la estructura extracelular que les da soporte, por lo que las células madre son capaces de regenerar el corazón, reducir la cicatriz y prevenir una futura la insuficiencia cardiaca.
Frente a otros abordajes, en los que se han empleado células madre obtenidas de médula ósea, sangre periférica o grasa, el grupo del Gregorio Marañón emplea células madre cardiacas, las más indicadas por su perfil similar al tejido que tienen que regenerar. Pero este tipo celular es muy escaso y es complejo hacer proliferar cultivos en el laboratorio. Coretherapix lo ha logrado hasta alcanzar las poblaciones suficientes que necesitan los pacientes. En los ensayos, se han trasfundido 35 millones de células por enfermo.
En contra de lo que se podía suponer, hasta el momento y pese a tratarse de células donadas, con un perfil de compatibilidad distinto, los pacientes no han manifestado muestras de rechazo a las células reparadoras trasfundidas.